martes, 31 de diciembre de 2013

Medición continua. Indicadores

"Lo que se mide, es lo que se hace". 

Alguien hizo famosa esta frase. 

El mensaje es poderoso.

Resalta la necesidad que cada tarea incluya parámetros que se puedan medir y indiquen, a la persona que la ejecuta y al supervisor, el grado de avance y cumplimiento en el tiempo.

Los indicadores deben ser escogidos en forma inteligente. 

Entre más se mida y más parámetros se controlen, puede ser mejor. Pero a veces la abundancia va en contra de la eficacia. Establezca qué es lo más importante para medir y concéntrese sólo en eso.

Cuando elija los atributos de cada tarea, a los que fija valores a medir y controlar, tenga en cuenta los siguiente:

  • El parámetro está íntimamente relacionado con la tarea. Si es una actividad de ventas, el monto vendido es un parámetro obvio. Si es la construcción de un nuevo local, dos parámetros son el consumo de dinero y el avance en el tiempo. Mida lo que vale la pena.
  • El indicador es fácil de producir. El valor sale de la contabilidad sin esfuerzo. Si desea medir el detalle diario de las ventas de los 42 productos por parte de sus 14 vendedores, y la información la debe generar un asistente que gasta 3 horas cada mañana, tal vez el indicador no es adecuado. O sus sistemas no están diseñados para producir ese dato.
  • Cumpla la periodicidad que ha establecido para hacer la medición. La frecuencia del indicador debe ser consecuente con la medición. Medir las utilidades diariamente no es práctico, pero controlar un insumo crítico todos los días, tal vez sí.
  • Tome acciones concretas con relación a la medida que evalúa. Si las cosas están en orden, agradezca al responsable de la ejecución su trabajo. Si no, actúe de inmediato para corregir.


Especial atención debe poner en medir los factores que son críticos para el éxito de la ejecución hacia el logro de los objetivos. A cada uno de estos factores críticos debe asignarle uno o más indicadores, diseñados como se señaló antes.

Lo que se mide se controla. Al controlar, está dirigiendo. Al dirigir, mejora.



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martes, 24 de diciembre de 2013

Los hábitos en la empresa

“Somos lo que repetimos. La excelencia no es acto. Es un hábito.” (Aristóteles)

El éxito no se da de la noche a la mañana. Requiere trabajo persistente. Es una disciplina que lleva a su empresa del punto A al punto B.

Los cosas hay que hacerlas en forma repetida para lograr hacerlas bien, mejorarlas en el camino y consolidarlas en procesos que se repiten en forma eficaz.

Así se crea hábito que no es más que hacer siempre las cosas de una misma forma que debe ser la mejor, la más sencilla, la más eficaz y con el mejor efecto sobre la satisfacción de su cliente. 

Los hábitos llevan a hacer las tareas casi en forma automática, y si esa forma es la correcta, la organización se beneficia.

Ciertos procesos ciertamente requieren pensar, y no deben convertirse en automáticos, para evitar accidentes o acciones equivocadas. En las plantas de producción, se evita la creación de hábitos, haciendo muy conscientes las tareas peligrosas. 

Pero en otras áreas, el buen hábito es el que crea la diferencia ante el mercado. 

Un ejemplo: la atención al cliente. Al crear hábitos positivos, la atención siempre será igual y el cliente, en todas sus interacciones, la verá como una característica de su empresa: la forma de atención es única. Será lo que el cliente espera de su empresa y forma parte de las razones por las cuales vuelve a hacer negocios con su empresa. “Aquí me atienden bien.”

La ejecución consciente de muchas actividades en la empresa requiere procesos bien pensados que se vuelvan hábito. Una vez creado el hábito, realizar la actividad requiere menos esfuerzo, control y recursos.

Algunos trucos para crear un hábito:

  • Piense en grande pero asigne cuotas / metas / tareas pequeñas.
  • Use y adecue las rutinas de trabajo actuales, en vez de pensar en crear nuevas.
  • Elimine el exceso de opciones. Elija pocas o una sola forma de hacer los trabajos.
  • Sea innovador cuando diseñe el proceso. No en su ejecución.


Los procesos empresariales no son más que la mejor forma que usted diseña para hacer una tarea. La diferencia entre procesos que sirven y los que no, está en lograr que todos los colaboradores asimilen esos procesos y ejecuten las tareas de acuerdo a lo establecido, una y otra vez.

En el video Procesos (ver acá) presentamos una metáfora sobre los procesos y enfatizamos la importancia de identificar el elemento que desencadena el arranque de una tarea.

En el video Elaboración de procesos (ver acá) sugerimos una sencilla metodología para pensar sobre los procesos, diseñarlos y documentarlos.




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martes, 17 de diciembre de 2013

Qué, Quién, Cuándo: defínalos bien para una adecuada ejecución

La mayoría, si no todos los problemas de ejecución nacen de una definición insuficiente del qué, quién y cuándo.

Muchas reuniones de trabajo son muy eficientes al discutir un tema o problema de la empresa, identificar sus causas, plantear alternativas de solución y decidir sobre la mejor forma de resolverlo. Sin embargo, esa eficiencia se diluye al no definir los aspectos relacionados con la ejecución con cuidado y rigor. 

Esta deficiencia se ve en tareas simples, como encargar café para la reunión. Pero es de especial gravedad para un emprendimiento importante, por ejemplo, abrir una nueva fábrica.

Qué

Es la definición exacta y completa de la tarea a realizar. Incluye el alcance, recursos que se asignan, características de la tarea, cómo se verá terminada, qué problema resuelve o qué oportunidad aprovecha.

Quién

Señala la persona o grupo de personas que se encargará de dar vida al QUÉ. Si es un grupo de personas, debe definirse con precisión la jerarquía y responsabilidades individuales.

En este caso, hay que definir QUÉS de menor envergadura para los QUIÉNES del grupo que se encargará de la ejecución. También cada QUIÉN tendrá su específico CUÁNDO que se debe sumar a los CUÁNDOS de los demás para el logro de la tarea.

Cuándo

Establece un término de tiempo o una fecha de terminación del QUÉ. En el CUÁNDO también debe haber implícito un DÓNDE. Así evita el “ya lo tengo listo, solo me falta enviarlo”.



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martes, 10 de diciembre de 2013

Gestión del cambio

Todo lo que haga en su organización, que afecte o modifique el estado actual de las cosas o las rutinas habituales, es un cambio organizacional.

Por eso, la ejecución está estrechamente relacionada con el cambio. Deben ir de la mano.

Cualquier cambio, por ser algo que altera las cosas y saca a las personas de su zona de comodidad, debe administrarse con cuidado y total consciencia.

Un buen esquema de cambio implica reconocer los riesgos existentes y desarrollar estrategias para mitigarlos.

En cualquier organización hay dos extremos peligrosos: no querer cambiar nada, o buscar cambiarlo todo. Ninguno es bueno. 
Siempre que emprenda un cambio, hágalo con un plan concreto y consciente. Es importante la claridad de la meta que desea alcanzar. Poder dibujar en la mente de todos los colaboradores cómo serán las cosas después del cambio es una habilidad muy útil.

El cambio, en su justa medida, es siempre necesario. Toda organización debe ajustarse a su mercado, clientes, realidades del medio ambiente y entorno. Todos estos factores dinámicos.

Los objetivos de la administración del cambio son:

  • Minimizar el impacto en la productividad y cualquier impacto en los clientes atendidos.
  • Evitar el impacto negativo sobre empleados valiosos que pueda llevar a renuncias.
  • Buscar que lo que se deba cambiar, se haga rápido.



Retos del cambio

Cambios de la estructura organizacional. Considere el efecto sobre las personas de las nuevas responsabilidades, procesos, flujos de trabajo, sistemas de negocios, roles y estructuras de reporte. Son todos aspectos que se tocan en una iniciativa de cambio.

Un buen proceso forma hábito y la organización siempre lo ejecuta bien. Al modificar los procesos, requiere un nuevo esfuerzo para crear el nuevo hábito. 

A veces, las modificaciones y cambios, requiere que las personas adquieran nuevas habilidades.

Cambio cultural. Con el tiempo las empresas construyen una forma de actuar, su cultura. Con una iniciativa de cambio, a veces es necesario modificarla. En unos casos, solo sutilmente, en otros, en forma radical. 

Los colaboradores deben ajustarse a las nuevas actitudes, creencias, y valores, que conforman la cultura. 

Cuando se requiere este tipo de cambio de gran alcance, la planeación es importante. Los riesgos son altos. Es mejor ejecutar estas iniciativas en dosis pequeñas. La suma de los pequeños cambios, de fácil implantación y seguimiento, que no presionan mucho ni a la organización ni a sus colaboradores, suman al final el gran cambio.

Un cambio afectará la motivación de las personas y el clima general de la organización. Planifique bien las comunicaciones y la información que entregará, antes de proceder con la implementación.

Resistencia al proyecto de cambio. Todo cambio saca a las personas de su zona de comodidad. En mayor o menor grado.

El cambio requiere un esfuerzo de las personas. Cuide que la actitud de todos hacia la iniciativa sea positiva. La mejor forma de minimizar cualquier resistencia es involucrar con la iniciativa de cambio, desde el principio, a la mayor cantidad de personas, con todo el detalle que pueda. En especial, a quienes se verán afectados y a los responsables de la ejecución.

Al enfrentar un cambio, las personas típicamente pasan por 5 etapas: 

  • anticipación (no saben qué esperar del cambio), 
  • realidad (confrontan la realidad de lo inevitable), 
  • depresión (se dan cuenta que no habrá marcha atrás, aceptación del cambio a nivel intelectual e inicio de aceptación emocional), 
  • aceptación (se acepta el cambio desde la perspectiva emocional), 
  • adopción (actitud positiva frente al nuevo orden de las cosas).


Recorrer, con sus colaboradores, en forma transparente estas etapas, minimiza la resistencia.

Habrá más claridad del efecto que el cambio va a tener sobre cada uno y certeza que ya ha abordado con cuidado toda situación que pueda generar descontento o conflicto.

Recursos. Es importante confirmar que los recursos, de todo tipo, necesarios para la implantación del cambio sin problemas ni retrasos, están disponibles. Cualquier carencia le resta impulso a una tarea, ya de por sí difícil.

Comunicación. Es la mejor herramienta para asegurar que la información sobre metas a alcanzar con la iniciativa de cambio llegue a todos con claridad, y que toda la empresa la entiende y comparte. Facilita que cualquier duda se escucha y resuelve.


El tema de cambio, sus riesgos, implicaciones y mejores formas de emprenderlo, lo han tratado muchos autores. La bibliografía es extensa. Un punto común es la conveniencia de emprender cualquier cambio siguiendo unos pasos lógicos.

El primero es crear un sentido de urgencia sobre la necesidad del cambio. Los demás, están orientados a minimizar los riesgos descritos.



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martes, 3 de diciembre de 2013

Los pasos de la ejecución

Una gerencia eficaz es una que ejecuta, hace, lleva a la práctica, construye, mueve. 

Todos son atributos de acción. Un gerente eficaz sabe que para alcanzar los objetivos trazados, debe ser metódico, persistente y controlar que todo lo que se establezca se haga.

Un buen esquema de ejecución, como muchas otras actividades empresariales eficaces, sigue un método. Al separar el concepto amplio de "ejecución" en una serie de pasos lógicos, la tarea resulta más fácil de poner en marcha y supervisar.

El núcleo de la buena ejecución consiste en alinear todo los recursos con precisión hacia el objetivo que se desea alcanzar. 

La alineación inicia cuando toda la organización entiende con toda claridad los elementos de la estrategia, y cómo estos son capaces de dar vida a la visión y misión. 

Cuando un empresario logra que todos los colaboradores hacen suyos todos esos elementos y los empiezan a vivir en el día a día de la empresa, la ejecución se dará casi que en forma natural.

Esto, como los demás elementos del esquema general de planeación estratégica, requiere mucha, continua y persistente comunicación, empleando todos los medios y canales que considere apropiados. 

En los vídeos Buen esquema de comunicación interna (ver acá) y Buenas reuniones en la empresa (ver acá) que están en nuestro canal en YouTube (ver acá), damos recomendaciones para mejorar la calidad de las comunicaciones al interior de la empresa.

No puede esperar colaboración para implantar una nueva estrategia si las personas no la conocen o si es vaga, poco clara o muy complicada. Entre más información de, mejor. Si no comunica formalmente, la información que los colaboradores tienen, tiende a ser incorrecta. Si no llena todos los vacíos de información, la gente los llenará con la primera información que reciba, no importa de dónde venga.

Toda implantación estratégica, involucra la necesidad de un cambio, desde leve hasta radical. Por lo tanto, la buena ejecución también depende de la adecuada administración del cambio. Cuando trata de cambiar algo, saca a las personas de su zona de comodidad lo que crea resistencia y posibles conflictos con los esquemas de poder que cada una ha construido. En la próxima entrada del blog, tratamos algo de este tema.

La ejecución exitosa requiere líderes con sentido de pertenencia con al estrategia, además de un grupo directivo totalmente comprometido y con capacidad plena de apoyo. Una razón para involucrar a cuantas personas pueda al diseño de esta. Los incentivos deben ser claros. Con esto nos referimos a que todas las personas deben sentir y ver con claridad qué obtienen de la implantación del cambio o estrategia propuesto.

Lo importante debe tener precedencia sobre lo urgente, las revisiones del adelanto de los planes trazados deben ser frecuentes, y todos los responsables deben estar en capacidad de rendir cuentas.

Los pasos a seguir para ser un exitoso ejecutor son:

  • Tomar la responsabilidad: alguien debe ser el responsable de toda ejecución. Esto no puede quedar diluido en un grupo o asumir que alguien lo hará.
  • Organizar un grupo ejecutor, asignar tareas, fechas, sistemas de control y seguimiento.
  • Determinar las personas clave que tendrán que intervenir en una ejecución y establecer contacto con ellos para lograr su compromiso.
  • Realizar eventos de arranque en cada etapa del plan de ejecución. Una reunión con todo el grupo en un ambiente informal establece un hito del programa.
  • Celebrar los logros parciales, teniendo cuidado de no hacer celebraciones exageradas. Estas pueden transmitir un mensaje equivocado: algunos pueden creer que ya se alcanzó la meta y bajar la guardia y el esfuerzo que ponen.
  • Hacer con disciplina las reuniones de seguimiento, exigiendo, revisando y actuando sobre la documentación definida.
  • Al finalizar el plan, hacer una reunión de aprendizaje para determinar errores, cosas bien hechas y aprender para futuros casos.



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martes, 26 de noviembre de 2013

Ejecución estratégica consciente

El propósito es claro para los dueños de las empresas. Tienen claro por qué se han comprometido con el esfuerzo que implica sacar adelante un emprendimiento, los riesgos que involucra y la dedicación que obliga.

Sin embargo, esa misma claridad no la comparten todos los colaboradores. 

La pasión que pone un dueño en el negocio no se parece en nada a la de un empleado. Para el primero, la pasión se basa en el propósito que tiene con su negocio. Para el empleado, la pasión está más relacionada con su expectativa de desarrollo profesional y económico. Esto puede lograrlo en la empresa que trabaja ahora o en cualquiera otra, que lo ofrezca lo que busca.

En la medida que los dueños compartan su pasión con los colaboradores, las posibilidades de lograr los objetivos se incrementan y facilitan notablemente. Un colaborador que conoce y comparte los propósitos de los dueños, es más estable, leal y productivo.

Uno claro beneficio del ejercicio de planeación estratégica es crear el andamiaje adecuado para que los mensajes y fundamentos de la empresa, puedan transmitirse con facilidad y claridad a los colaboradores, clientes, proveedores y otras entidades relacionadas.

De esta claridad parte la ejecución estratégica consciente y su principal fundamento es que todos sepan sin lugar a duda para qué hacen su trabajo y qué aporta al objetivo general, como ya lo mencionamos en la entrada Concepto de cascada estratégica para asignación de metas.


La claridad de propósito permite también poner en práctica, con mayor facilidad, dos importantes temas:

1) Prioridades: Cuando tiene claro su propósito podrá, con más facilidad, ordenar una serie de actividades según la prioridad de cada una en su contribución al logro del objetivo.

2) Foco: Con el propósito claramente definido, es difícil salirse de la ruta trazada y perder el camino.

Establecido un propósito con claridad como lo hemos sugerido en las entradas anteriores, la tarea ahora es hacer que todo se vuelva realidad.

Esto se traduce en una sola palabra. EJECUCIÓN.


En las próximas entradas ampliaremos sobre este tema de vital importancia. Una estrategia, una idea, la creatividad…, no son nada si no se ejecutan. Con ejecución consciente, los sueños se vuelven realidades.

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martes, 19 de noviembre de 2013

Valores estratégicos

¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Los valores son ese conjunto de principios, creencias fundamentales y cualidades que determinan los comportamientos, actitudes y principios que rigen la forma de actuar de una persona.

Un empresario, desea que sean los mismos que muestra su empresa al mercado.

Son una parte importante aunque intangible del plan estratégico. 

Los valores que usted desea fomentar valen por sí mismos y no por lo que alguien opine de ellos.

Una empresa valiosa es la que vive de acuerdo a los valores en los cuales cree y promueve.

Es por esto importante que todos los colaboradores compartan y vivan según ese mismo conjunto de valores. Si no es así, tendrá un poco saludable cultivo de conflictos de difícil solución, que solo produce malestar a la organización, restando eficiencia y afectando la productividad. 

Un valor empresarial, que no debería ser necesario nombrar, la honestidad, define la forma como hace negocios la empresa, cómo se relaciona con sus proveedores, clientes y empleados. Un colaborador que no viva el valor de la honestidad como debe ser, pondrá a la empresa, muy seguramente, en problemas.

Dentro de la planeación estratégica, una tarea necesaria es determinar el conjunto de valores más importante para usted y que quiere que la empresa manifieste. En la ilustración incluimos una lista de algunos valores. Ninguna lista incluye todos los valores. Son muy específicos para cada persona.

Escoja de esta lista, o cualquiera otra, entre 4 y 8 valores que sean coherentes entre sí y pueda relacionarlos con facilidad con su misión y visión. Deben ser valores que usted considere importantes y que ya siga en su vida. 

Si elige pocos valores, será más difícil establecer claras normas de comportamiento. Si son demasiados, complica mucho la divulgación y lograr que todos se apeguen a ellos.

Esta lista de valores, definirá las características genéricas de su empresa, de la cultura empresarial, determinará los comportamientos deseados y cuáles debe evitar, determinará las calidades y cualidades de las personas que vincule y con quién hace negocios. Reflejan la forma de ser de los dueños. 

Con este marco de referencia dado por los valores, podrá moverse con más tranquilidad en el difícil, competido y no siempre ético mundo de los negocios.

La divulgación y comunicación persistente de esta lista de valores a todos sus colaboradores, clientes y proveedores es muy importante. Así establece claras reglas del juego para todos.



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martes, 12 de noviembre de 2013

Concepto de cascada estratégica para asignación de metas

Cada persona en la organización debe saber por qué hace lo que se le pide que haga.

Cada una, debe entender como su esfuerzo y dedicación contribuye a los resultados generales.

La contribución de cada persona se suma a las de otras, para realizar tareas que van creciendo en complejidad.

En una pasada experiencia laboral, tuve la oportunidad de involucrarme, desde la empresa para la cual prestaba mis servicios, con entidades gubernamentales. Como sucede en este tipo de entidades, los cambios de los niveles altos, inducidos generalmente por decisiones políticas, terminaban causando cambios en otros niveles. Comentábamos, con colegas y amigos, que después de esos cambios hasta el café tenía diferente sabor.

Con esta anécdota, enmarco el tema de la importancia que tienen todos los colaboradores de una empresa, en su desempeño general. 


Es paradójico que las personas de los niveles inferiores de la organización, que son las que normalmente tienen más acceso y contacto continuo con los clientes, estén usualmente menos conscientes o enteradas de los objetivos estratégicos de la empresa. 

Piense en los dependientes de un almacén, en el encargado de la entrega de su producto en una bodega, del vendedor que lo atiende, del motorizado que le entrega a domicilio su pedido de comida, del cajero en el banco, del mesero en el restaurante. En manos de ellos está, ni más ni menos, la buena imagen de la empresa y su marca.

Todas estas personas deben tener presente cómo su tarea contribuye al logro de la misión, visión y todos los objetivos empresariales. Es importante que compartan y vivan los valores que la empresa desea transmitir al mercado. Por lo tanto, deben estar bien informados de estos elementos del plan estratégico, asimilarlos y vivirlos a través de sus actuaciones y comportamientos.

Por eso, todo gran objetivo debe traducirse en metas y tareas de más detalle en la medida que va bajando en la estructura de la organización. Este concepto ya se introdujo en la entrada “La contribución de cada uno” (ver enlace acá)  

Un ejemplo. Si un objetivo estratégico es reducir los gastos operacionales en 10%, la traducción final al conductor del camión que hace las entregas podría ser diseñar la ruta de distribución de modo que siempre sea circular, atendiendo todos los clientes del día en forma lógica, sin devolverse en el camino. Esto disminuye el gasto de combustible, disminuye tiempos improductivos de desplazamiento, incrementa la cantidad de entregas diaria, aspectos que contribuyen a reducir el gasto operacional. 

La forma más fácil de construir una cascada de asignación de tareas y responsabilidades, es ir de lo general a lo particular. Se analiza cada objetivo de gran envergadura y considera, dentro de las funciones de cada cargo, qué actividades y metas contribuyen a su logro. 

Un objetivo como el del ejemplo, reducir los gastos operacionales en 10%, puede y debe descomponerse en metas permanentes y puntuales. El diseño de la ruta óptima para cada conductor es una meta permanente. Una puntual, puede ser negociar mejores condiciones con el proveedor de mantenimiento del camión. 

Una meta o actividad compleja y cuya ejecución tome más de un mes, debe cortarse, para la asignación a los niveles inferiores, en metas más simples y de duración inferior a 4 semanas. Es más fácil de controlar, la ejecución es más simple y no se sobrecarga a los colaboradores con demasiada información. 

Una conocida herramienta, el Balanced Scorecard (BSC) o Cuadro de Mando Integral, es comúnmente usada para hacer este despliegue de tareas a toda la organización.

Entre nuestros contenidos gratuitos, el video Balanced Scorecard o Cuadro de Mando Integral - Generalidades (ver acá) presenta un abrebocas a esta herramienta para implantación y seguimiento de la ejecución de la estrategia.



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martes, 5 de noviembre de 2013

Comunicación persistente y coherente

“Nuestra empresa está creciendo”…“Teresa está tosiendo”.

Todos hemos jugado el teléfono roto. Varios amigos se sientan en círculo. Alguien inventa una frase y la dice al oído del vecino. Este comunica lo que entiende al siguiente. Al final, siempre llega una versión loca y que poco tiene que ver con la inicial. 

En esas circunstancias nos reímos y pasamos un buen rato.

En el ambiente empresarial no se puede dar ese lujo. 

Si un cliente le dice: quiero que me despache el producto X empacado en la forma Y, al precio Z y lo entregue el día K en la dirección N, toda la organización debe escuchar y entender lo mismo.

El juego del teléfono roto muestra con claridad la facilidad con la que un mensaje se corrompe y cambia.

Comunique su plan estratégico con claridad

Igual pasa con la comunicación de la estrategia. Dado que la estrategia es esa parte del plan estratégico que contiene el detalle del modelo de negocio, las actividades a realizar, y los objetivos de menor calibre a alcanzar, el esfuerzo de comunicación es vital.

Si usted quiere hacer A, hasta el último eslabón de su cadena de personas debe entender que lo que hay que hacer es A, no a y mucho menos ¿ah?

Hay que comunicar todo, con lujo de detalle, repetirlo varias veces y cerciorarse, en forma continua, que el mensaje ha llegado como fue transmitido.


Solo hay buena comunicación cuando los destinatarios del mensaje han entendido con exactitud lo que usted ha dicho. 

Nunca suponga que la gente entiende lo que usted ha dicho. Solo porque usted lo entienda con claridad no significa que los demás capten la totalidad y precisión del mensaje. 

La forma más fácil de verificar si el mensaje ha sido transmitido como debe ser, es pedir al destinatario que le diga, en sus palabras, qué fue lo que entendió. Solo si ese entendimiento coincide con exactitud con lo que usted transmitió, podrá considerar que ha hecho bien la tarea de comunicar.

La buena comunicación debe incluir varios canales, todos los disponibles en la empresa. El más usado es el escrito pero no se confíe. Puede ser un documento físico, puede ser un correo electrónico, una publicación en una cartelera, un boletín. 

Complemente el documento con reuniones de explicación. Con apoyo de material gráfico puede ampliar la información incluida en los documentos escritos. La comunicación verbal da aun más claridad a lo escrito. En la reunión, permita y fomente interactuar, contestar preguntas y aclarar aspectos que lo requieran. 

No se limite a una sola comunicación de cada tipo. Evalúe como va dispersándose el mensaje en los niveles de la organización y complemente con la intensidad y el método más indicado, cuantas veces sea necesario.



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martes, 29 de octubre de 2013

Estrategias: simples y fáciles de entender

Pregunte a su grupo: “¿Qué es misión, visión y estrategia?” 

Es probable que obtenga solo ideas relacionadas pero no conceptos concretos.

Si la pregunta es más específica…

“¿Cuál es nuestra misión, visión y estrategia?”, posiblemente le responderán con alguna precisión para los dos primeros. Son los que usualmente incluye en el plan de comunicación del sistema de calidad. Además, típicamente están enmarcados y colgados en lugares visibles. Es posible que solo pocos puedan acercarse al verdadero planteamiento de estrategia.

El concepto de planeación estratégica no es fácil de entender para todas las personas de la organización. Tampoco es fácil relacionar los distintos conceptos entre sí. 

“A mí, simplemente dígame qué tengo que hacer” podrá decirle alguien cuando hable de estos temas.

Para aquellos que se han expuesto al tema, será fácil entender:

  • cuál es el propósito de la empresa, 
  • qué es el entorno, 
  • los conceptos de debilidades y fortalezas, 
  • su relación con las amenazas y oportunidades, 
  • cómo de allí define un modelo de negocio, 
  • del cual desprende una estrategia, 
  • actividades concretas a realizar,
  • y la organización más adecuada para usar los recursos limitados de forma eficaz, 
  • alcanzando así los objetivos deseados por los dueños.


Corte el plan en ideas simples


Aquellos en la empresa que no han trabajado en el ejercicio de planeación estratégica, pueden encontrar que las decisiones que se toman en los niveles directivos de la compañía son alocadas, no responden a la lógica, salen de la nada. 

Es muy importante traducir las razones detrás de su nuevo plan estratégico y todo lo que implica, en mensajes simples que aclaren a todos por qué está haciendo cambios e implantando cosas nuevas.

Encontrar la síntesis de las ideas no es tarea fácil. Hacer el documento de 20 o más páginas que condense todo lo que está detrás de su nuevo plan es relativamente fácil. Convertirlo en una página con 5 o 6 ideas fundamentales es todo un reto. 

Pero es muy importante que lo haga. De allí nacerá su plan de comunicaciones, un cimiento importante de la implantación de los nuevos esquemas.

Ya comentamos en entradas anteriores (Visión, Todos deben entender la misión, Postulado de misión) la importancia de escribir postulados de misión y visión inspiradores, claros y concretos.

Igual ejercicio debe adelantarse para explicar los conceptos de la estrategia y del modelo de negocio y cómo estos se relacionan con la misión y la visión.

Evite la resistencia

La razón principal de invertir todo el tiempo y esfuerzo necesario para establecer un mensaje claro y comunicarlo con persistencia a todos, es evitar o reducir los focos de resistencia en su grupo.

Si trata de cambiar algo, y en general todas las implantaciones de planes estratégicos implican algún cambio, siempre va a encontrar resistencia de diversos tipos e intensidad y variados orígenes.

Habrá resistencia positiva. Vale la pena escucharla y en general viene de las personas positivas que conocen la empresa en detalle. Si no fueron invitadas a los ejercicios de planeación, es el momento de oírlas. 

La resistencia negativa debe enfrentarla. A veces es complicada y otras peligrosa. De allí es dónde pueden venir las críticas más ácidas con respecto a los nuevos planteamientos que hace. Con una adecuada explicación puede reducirse y administrarse.

La resistencia velada es la más grave. Si hay resistencia negativa pero manifiesta, sabrá con qué y quién se enfrenta. Pero en ocasiones hay personas que se resisten sin manifestarlo y en forma cínica ponen cara de estar de acuerdo con lo nuevo. Debe tener especial cuidado en identificar este tipo de resistencia, que también se beneficia de un buen plan de comunicación.



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martes, 22 de octubre de 2013

Estrategia, parte del plan estratégico


Estrategia no es lo mismo que planeación estratégica.

La estrategia, al igual que la misión y la visión, forma parte integral del plan estratégico de la empresa.

La misión determina la razón de ser de su empresa (ver esta entrada). 

La visión establece un qué y un para cuándo (ver esta entrada). Con ella se establece un objetivo estratégico de alto nivel que típicamente tiene un término de ejecución de mediano plazo. Es normal ver objetivos de este tipo que abarcan los siguientes 2 a 4 años de la vida de la empresa.

La estrategia es entrar en el detalle de los cómo. 

La palabra estrategia tiene origen en el, desafortunadamente muy antiguo, arte de la guerra. Los generales más famosos de la antigüedad no lo fueron por la cantidad de recursos a su disposición, sino por la inteligente forma de organizarlos, frente a las condiciones del campo de batalla. 

Muchos aprendieron a ser exitosos, estudiando las derrotas sufridas por ellos o por otros. En ocasiones, aplicaron una misma ordenación y cantidad de recursos, que tuvo éxito en una batalla anterior, a una nueva situación, donde no funcionó. También aprendieron de esto.

Estrategia es definir a qué dedica esfuerzos y a qué no. Es determinar cuáles recursos utiliza, con qué intensidad y cuáles reserva para otra circunstancia o momento. Es establecer de qué manera emplea esos recursos para dirigirse y acercarse a lo planteado en la visión.

Seth Godin, un conocido escritor de temas sobre administración y mercadeo, mencionó en su blog que las habilidades, recursos y activos que tiene una persona son como las letras del alfabeto. Pocos y finitos. Sin embargo, su correcta e inteligente combinación puede producir textos maravillosos. La descuidad combinación, solo produce relatos mediocres y sin sentido.

En los planteamientos estratégicos sucede los mismo. Solo hay una limitada cantidad de recursos, capacidades y tiempo. La adecuada combinación produce estrategias ganadoras mientras que su uso descuidado o improvisado solo crea desperdicio.

La estrategia es cómo va a jugar, que fichas va a mover, a qué lugar y en qué momento, para lograr superar a sus competidores.

Es siempre conveniente tener presente que todo plan que elabore, no resistirá por completo el contacto con el cliente y el mercado. Todo ejercicio de planeación estratégica incluye el mejor análisis que pueda hacer de las condiciones del medio ambiente y no es factible considerar que este es estático. 

Lo que el año pasado fue válido, tal vez ahora no lo es. Es conveniente y necesario mantener la mente abierta, tener presente que debe ser flexible y rápido con los cambios.

“Sin importar que tan bella sea su estrategia, ocasionalmente debe revisar los resultados.” 

Esta frase de Winston Churchill resume la importancia de hacer seguimiento continuo a la forma cómo se van concretando los planes que ha trazado en papel, para proceder de inmediato a efectuar los ajustes y nuevos planteamientos que sean necesarios.

El Modelo de Negocio

El modelo de negocio es una herramienta que ayuda a poner en blanco y negro el concepto de estrategia. Un modelo de negocio es la forma como se relaciona entre sí los componentes clave de la organización:

  • qué ofrece la empresa (propuesta de valor, esbozada en la misión y concretada en productos y servicios con su respectivo valor agregado).
  • clientes y canales usados para llegar a ellos.
  • relaciones con los clientes (cómo interactua con ellos).
  • cómo genera dinero con su oferta e interacción con los clientes.
  • recursos que necesita para que el modelo de negocio sea posible.
  • actividades necesarias para que el modelo de negocio cobre vida.
  • estructura de costos que resulta del modelo de negocio.
Hay muchas de formas para establecer la relación entre estos elementos. Puede ayudarse de esquemas gráficos para hacerlo (hay diversos modelos sugeridos por distintos autores. En la ilustración, se muestra un bosquejo del modelo sugerido por Alexander Osterwalder en su libro Generación de modelos de negocios). De la forma cómo lo haga y de qué tan diferente sea de sus competidores, dependerá su éxito sostenido en el tiempo. Acá nace la diferenciación estratégica, un importante concepto que le permite crecer en forma sostenida su empresa.

Comunicación

Como hemos insistido en entradas anteriores, el modelo de negocio y la estrategia también debe comunicarse en forma clara y persistente.


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martes, 15 de octubre de 2013

Visión inspiradora


Si está en su oficina, vaya al lugar donde está publicada su misión y visión. Si está en su casa, haga esa revisión mañana a primera hora. 

¿La visión establecida para su empresa es aun vigente? 

¿Es aun relevante, e inspira y motiva a su grupo?

La visión establece unos objetivos claros, ambiciosos, alcanzables y que se pueden medir.

Es el planteamiento empresarial de un objetivo de alto nivel que desea alcanzar en un plazo establecido.

Al estar definida con un plazo de tiempo finito, necesariamente debe modificarse en la medida que ese momento se esté alcanzando, o cuando el objetivo se haya alcanzado. La visión es así necesariamente dinámica. 

Es frecuente, sin embargo, encontrar que se hace esta parte del ejercicio de planeación estratégica y no se revisa en mucho tiempo. Los postulados de misión (este si más fundamental y menos sujeto a cambios) y el de visión, se quedan permanentemente colgados, debidamente enmarcados, en una pared.

Una visión deja de inspirar en un plazo relativamente corto.

Una razón, ya comentada, es porque se alcanza el plazo previsto o se alcanza un objetivo. Por ejemplo: “Queremos ser vistos como líderes en atención rápida al cliente para el primer trimestre del año AAAA.” Al acercarse esa fecha, la visión debe modificarse o actualizarse. Si ya ha alcanzado una velocidad de atención al cliente que supera la del mercado y satisface a sus clientes, es un buen momento para establecer una nueva visión que mantenga entusiasmado a su grupo.

Otra razón se relaciona con las condiciones del mercado y del entorno. Pueden cambiar de tal forma, que la visión original deja de ser realista. Tenga siempre en cuenta que la meta puede cambiar de sitio. Cuando se de cuenta de esto, ajuste su plan de carrera. Así, de todas formas, llegará a la nueva meta.

Mucha comunicación

Todos los elementos de la planeación estratégica deben comunicarse con persistencia a la organización. Así se convierten en hábitos. Una adecuada forma de pensar y actuar de los colaboradores, alineada con sus planes, facilita la correcta ejecución. 

Por lo tanto, cualquier cambio que haga al postulado de visión, debe acompañarlo de un nuevo esquema de comunicación para lograr el nuevo alineamiento de la organización. El plan de comunicación debe ser claro en las razones por las cuales se modifica la visión y en el nuevo objetivo trazado. 

Cuando modifique su visión evalúe la vigencia de los demás elementos del plan estratégico. Analice e implante, en caso de requerirse, el cambio apropiado.

Pídale a un asistente o encargue a uno de sus directos colaboradores, que registre en su calendario hacer un par de revisiones formales de la vigencia de la visión en el año. Es un ejercicio que toma unos pocos minutos pero habilita y mantiene vivo un elemento importante para dar energía a toda la empresa.


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