martes, 3 de septiembre de 2013

La misión


La misión de la empresa responde una pregunta simple. ¿Para qué existimos?

En todas las empresas donde se ha adelantado algún proceso de planeación estratégica o de calidad, existen postulados de misión y visión, elegantemente enmarcados y colgados en los sitios dónde los empleados y visitantes los pueden ver.

Al leerlos queda con frecuencia la sensación de que ambos dicen más o menos lo mismo y que ya ha visto frases parecidas en otros sitios. Esto no quiere decir que hay algunos de verdad contundentes, claramente diferenciados y con la energía suficiente para lograr lo que se busca de ellos. Pero no es lo habitual.

La misión, como su nombre lo indica, señala la razón de ser de la empresa y es la manifestación escrita del propósito íntimo de los dueños. Una búsqueda en Internet de los postulados de misión de empresas internacionalmente reconocidas señala con claridad, pero solo en algunos casos, este aspecto. En otros, se encuentran textos que describen productos, mercados, ideales, valores, pero que no evidencian el propósito de la empresa. 

Como ejemplo, Disney establece que su misión es ser uno de los líderes mundiales en la producción y suministro de entretenimiento e información. Agrega otra frase que enriquece y amplía la anterior, pero la sustancia es la inicial. Con base en lo que se percibe de toda la oferta de esa empresa en el mundo, es claro y evidente que esta es su razón de ser.

Haga su propia búsqueda en Internet de la misión de empresas que considere modelos a seguir y podrá ver este tema con más claridad y sacar sus propias conclusiones en relación a si lo escrito es o no un postulado claro y enérgico de misión. Tendrá ideas para el suyo (hacerlo o modificar el actual, si se requiere). 

Para llegar a la sustancia de lo que su empresa es, hay dos ejercicios interesantes.

El primero es determinar cuál es el producto o servicio que ofrece. Si son varios, ¿qué es aquello que los hace comunes? A continuación, pregunte ¿por qué es importante? Tome parte de su respuesta y vuelva a preguntar ¿por qué es importante? Nuevamente, tome parte de esa nueva respuesta y… ¿por qué es importante? Siga así hasta que no se le ocurran más preguntas. Con certeza, habrá llegado a la sustancia del propósito de su empresa.

Es el mismo ejercicio que hacen los niños en la edad de las preguntas. Así adquieren conocimiento y llegan a la sustancia de lo que les interesa del mundo que van descubriendo.

El segundo ejercicio es pensar un escenario donde alguien le propone comprar su empresa por un valor adecuado. Le promete que ningún empleado perderá su puesto, pero no le asegura que seguirán haciendo lo mismo. Eso si, le informa que la empresa se cerrará completamente, se desmantelará la planta y oficinas y la marca, que ha posicionado en el mercado, se archivará para siempre. ¿Vende? Si su respuesta es un rotundo no, tendrá la claridad de las razones por las cuales su empresa debe seguir existiendo y de allí podrá derivar una misión poderosa. 



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