En una entrada anterior, Transferir habilidades (ver acá) comentamos sobre la importancia de transferir habilidades a otras personas para facilitar su crecimiento en la empresa y liberar tiempo propio para ocuparse de otros temas.
Es un hecho cierto que todos poseemos un conjunto importante de habilidades. Sin embargo, es también importante reconocer las debilidades. Nadie es perfecto.
Saber en que es fuerte y en que debe mejorar ayuda a estabilizar tanto las actividades profesionales como las personales. Pero es una actividad que en general se considera, si no difícil, al menos incómoda.
En Internet hay varios tests de fortalezas de todo tipo. Algunos superficiales, otros serios. Unos gratis y otros no. Busque alguno que le parezca adecuado y hágalo.
Descubrirá cuáles son sus fortalezas y los aspectos en los que debe mejorar: las debilidades.
Haga su lista de debilidades. Las que ya sabe que tiene póngalas en esa lista. Las que descubra, si decide hacer un test de fortalezas, agréguelas.
Es posible que superiores, compañeros, amigos o familiares le hagan notar alguna debilidad. Si ya aparece en su lista, resáltela. Si no está aún, escríbala en el primer lugar. Si hay debilidades que son evidentes para los demás y usted aun no las ha detectado, es importante dar prioridad a su tratamiento.
Revise la lista y ordene las debilidades identificadas. Como criterio para el orden emplee lo siguiente. Considere en los primeros lugares aquellas debilidades que han sido evidenciadas por otras personas. En segundo, las identificadas en el test de fortalezas, si lo hizo. A continuación las demás.
Como es un documento para su uso privado, no amerita alarmarse si la lista es larga.
Algunas personas manifiestan como debilidades cosas que en realidad son fortalezas. Reconocer esta diferencia permite administrar la supuesta debilidad y explotarla como lo que es. Presente esa supuesta debilidad de otra forma, resaltando su aspecto positivo.
Por ejemplo, algunas personas dicen hacer esfuerzo para lograr un balance entre su vida personal y profesional. Presentado así, parece una debilidad. Si manifiestan que saben que hay que esforzarse para lograr ese equilibrio, hacen evidente que reconocen que sin esfuerzo tendrán problemas y que ya se han ocupado del tema. Esta aproximación hace ver el asunto como fortaleza. La diferencia es sutil pero relevante.
Otras personas pueden incluir en su lista de debilidades, que les gusta llegar a la perfección en lo que hacen. La perfección, administrada correctamente es una fortaleza. Si no la administra, es una debilidad.
Verdaderas debilidades incluye: • exceso de actitud crítica, • falta de tolerancia, • desconfianza excesiva, • terquedad, • hablar mucho (no dejando a los demás que lo hagan), • exceso de sensibilidad, • falta de tacto social, • dejar las cosas para después, • debilidad de carácter, • timidez, • inseguridad, • inconsistencia, • cualquier vicio, y otras.
Revise de nuevo su lista y evalúe si algunas de las debilidades incluidas sólo requieren un cambio de presentación para señalar que en realidad son fortalezas. Sáquelas de la lista.
Superar las debilidades
Para empezar a manejar sus debilidades, hable abierta y transparentemente de ellas con alguien de su entera confianza (cónyuge, pariente, amigo).
Evite hacerlo con sus compañeros de trabajo o jefes, a menos que ellos la pongan sobre la mesa.
En estas conversaciones, la debilidad se hará evidente para usted y entenderá cómo y en qué circunstancias se presenta. Con seguridad recibirá comentarios o ideas de cómo administrarla.
Aceptar ayuda no es una debilidad. Pedirla a la persona adecuada, tampoco. Sin embargo, conviene aceptar y reconocer que vivimos en una sociedad que cada vez está menos dispuesta a ayudar. Sálvese quien pueda parece ser la actitud mental generalizada. Rompa ese círculo ofreciendo ayuda a quién la necesita. Otras harán lo mismo con usted. Intercambie favores y ayuda, con personas de su grupo o área y por fuera también.
En muchos casos, una oferta de ayuda es de buena fe. Es tal vez la forma de los demás de decir que han detectado una debilidad y saben que existe en usted el potencial para superarla.
Para cada debilidad de su lista, establezca un plan para administrarla. El plan debe incluir qué hará, cómo lo hará y para cuándo espera completarlo.
Por ejemplo, si ha reconocido que habla mucho, sea consciente en su próxima reunión de esta característica y controle lo que dice. No se extienda en detalles ni repita mucho. Mantenga esa actitud en las siguientes reuniones. Evalúe en un mes si ha mejorado y da más oportunidad a los demás de hablar.
Piense en situaciones donde haya quedado expuesta una debilidad y la forma como reaccionó.
¿Fue una buena reacción? ¿Positiva? O, por el contrario ¿fue negativa o agresiva?
Tenga en cuenta que muchas respuestas suyas y de los demás a determinadas situaciones como agresividad, silencio, indiferencia, desprecio y otras, pueden esconder una debilidad.
En el caso de respuestas suyas, evalúela e incluya en su plan de acción lo que considere pertinente.
Si es la respuesta de otra persona y esta es un colaborador que le reporta, trate de hacerla evidente en las reuniones Uno a Uno. Si confirma que la reacción se debe a la necesidad de esconder una debilidad, invite al colaborador a desarrollar un plan de acción para superarla.
Si la persona es un superior o un cliente, tenga en cuenta que disparó la reacción y evite futuras situaciones que den lugar a una nueva reacción, o enfoque el tema de otra forma.
Cuando se enfrente a una tarea que haga evidente una debilidad, es el momento de pedir ayuda. La primera persona a pedirla es la persona que le delegó la tarea. Debe hacerlo con cuidado, no haciendo evidente su debilidad sino mostrando cómo haría usted la actividad y solicitando recomendaciones adicionales. Abiertamente puede pedir ayuda a personas en las que confía sin restricción.
Si trabaja en un grupo o tiene un grupo a cargo, cubra sus debilidades con los demás colaboradores. Recuerde que nadie es perfecto y discutir la asignación de tareas para explotar mejor las fortalezas de cada uno es inteligente. Si a usted no le gustan los detalles, busque en el grupo a quién si. Esa persona hará las actividades que implican atención al detalle con más gusto y calidad.
Al crear un grupo o equipo sólido, debe buscar que se complementen la fortalezas y se anulen las debilidades.
Ese grupo debe, como un todo, mostrar las siguientes fortalezas: poner en práctica planes y procedimientos, tener capacidad de influir en otros, mostrar buenas y positivas relaciones interpersonales, manejar los problemas y obstáculos, evidenciar pensamiento estratégico y transferir habilidades.
Debilidad en la toma de decisiones puede representar un problema. A veces, se toman decisiones apresuradas que muestran ser equivocadas. La fortaleza de tomar decisiones rápidas puede esconder una debilidad de falta de visión y pensamiento estratégico.
Si por el contrario, la toma de decisión demora mucho tiempo hasta el extremo de perder oportunidades, puede poner en relieve una debilidad de ser demasiado precavido y resaltar la fortaleza de análisis y búsqueda de certeza.
El ejemplo evidencia que nada es blanco o negro. Si las debilidades han sido identificadas, evitará que una fortaleza la cubra con posibles consecuencias negativas.
En el artículo Cómo mejorar la toma de decisiones (ver acá) encontrará información que puede ser de su interés sobre el tema de toma de decisiones.
La timidez es un enemigo para el logro y crecimiento dentro de un grupo. Si una persona tímida es consciente de la solidez de sus conocimientos y de la certeza de sus opiniones, debe basarse en esto para participar en forma activa en la vida empresarial.
Debe superar todo aquello que considera negativo como las miradas de los demás cuando participa, el poco interés de otros y reacciones de todo tipo. Cada una de esas actitudes puede ser sincera o esconder a su vez debilidades en los otros. Aprenda a distinguir esas diferencias y apóyese en quienes consideran valioso su aporte.
Una debilidad seria es la de carácter. Esto limitará las posibilidades de desarrollo de una persona y la hará menos valiosa dentro de la empresa.
Al hablar de carácter entramos en el ámbito de la personalidad y temperamento de las personas. Define la particularidad de cada una. No se nace con un determinado carácter; este se va formando por el ambiente, la cultura y la sociedad donde se forma la persona. Siendo así, podríamos suponer que puede llegar a administrarse si los rasgos de carácter, en especial los inadecuados, los hacemos evidentes.
Un carácter fuerte permite tener control sobre los instintos y pasiones, sabernos dominar y resistirnos a las tentaciones de todo momento. Un carácter fuerte tiende a liberar la mente de preferencias y prejuicios siendo más tolerante y respetuoso hacia los demás.
Un carácter fuerte también facilita llevar a cabo lo que se desea. Permite cumplir objetivos. Es básico al determinar por qué algo salió mal sin caer en la queja y culpa hacia otros. Permite admitir con inteligencia los errores y debilidades. Es la fuente del auto-apoyo cuando todo parece estar en contra.
Una forma de fortalecer el carácter es demostrando empatía hacia los demás. Otra forma es buscando la verdad detrás de todo. Una tercera, controlando los impulsos irracionales. También es bueno conformarse con lo que se tiene y nunca tratar de imitar a otros.
Tomar riesgos calculados permite formar carácter a la vez que facilita aprovechar oportunidades.
Los sentimientos no son buena guía al tomar decisiones. La razón debe primar siempre. Facilita mantener siempre la calma. Esto también fortalece el carácter.
Además de manejar las debilidades como ya se ha mencionado, apóyese en sus fortalezas para alcanzar las metas trazadas. Si tiene personas a cargo, delegue aquello que está dentro de sus debilidades.
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