martes, 18 de agosto de 2015

Compromiso, optimismo, disciplina, rutinas, autenticidad. Características del líder

No es tan importante lo que un líder sabe ni lo que hace. Lo relevante es cómo hace sentir a las personas de su grupo. 

Esto es lo que hace que lo sigan con entusiasmo, aspecto central de la definición de líder que compartimos en la entrada anterior Más sobre el tema de liderazgo (ver acá).

Un líder se compromete y tiene convicción, es optimista y disciplinado, sigue rutinas, es auténtico, confía en su grupo y respeta que tengan vidas privadas. Son todos comportamientos adecuados y necesarios para el buen liderazgo.


Cuando el líder se compromete, se obliga con lo que ha dicho u ofrecido. 

Un compromiso puede ser tan sencillo como ofrecer adelantar alguna actividad para un momento determinado, o de gran alcance al comprometerse con unos principios de actuación.

La convicción es el convencimiento que se tiene sobre algo. 

Un líder debe tener la certeza de que es necesario lo que está haciendo. Posee razones o creencias que lo hacen pensar de una determinada manera. Esto es lo que lo mantiene activo frente a las adversidades.

Es optimista pues manifiesta disposición a considerar la realidad y los eventos desde el aspecto más positivo posible. 

Un buen líder, por ejemplo,  convierte un fracaso o un error en aprendizaje y desarrollo para su grupo. Es esa la forma optimista de enfrentar algo negativo.

Desarrollar sus actividades siguiendo un método y rutinas establecidas, que además modifica y corrige continuamente para mejorarlas; es como el líder demuestra su característica de disciplina

También la demuestra al no desviarse de sus principios de actuación, moralmente aceptados en la comunidad que comparte. 

Establece metas por escrito y traza planes claros. Es la forma como convierte los objetivos de alto nivel definidos en la Misión y Visión en actividades que su grupo debe ejecutar. Los mantiene así siempre enfocados en los propósitos importantes. 

Involucra a su grupo en unas pocas actividades de alto nivel, tres a cinco, que debe realizar, y organiza las tareas de forma que se encamine el esfuerzo hacia ellas, estableciendo prioridades de forma que unas tareas complementen otras. Informa a los colaboradores del progreso de las acciones hacia esos objetivos de alto nivel y ayuda a ejecutar los ajustes necesarios.

Un buen líder no trata de parecerse a otra persona. Esto no implica que no pueda observar la sobresaliente actuación de otros líderes y buscar involucrar, como aprendizaje, prácticas que considere le adicionan valor como persona. Lo hace manteniendo su estilo y carácter. Un líder auténtico responderá a toda situación en forma inmediata, directa, simple y con su propio y característico “toque”. Esta autenticidad genera confianza en las personas del grupo.

Cuando las personas confían en su líder, habrá recorrido la mitad del camino para la formación de un excelente grupo de trabajo. La otra mitad obliga a que el líder confíe en sus colaboradores

Usualmente, esto no se da en forma automática. 

El líder asume que su grupo debe seguir el camino que ha señalado. No es siempre evidente que confíe que cada persona hará lo señalado de la forma que él imagina mejor. 

Debe permitir que las personas desarrollen sus propios roles y muestren su potencial. El líder debe esforzarse por confiar que cada colaborador sabrá emplear el mejor enfoque para realizar la actividad.

La delegación de tareas y responsabilidades cada vez de mayor envergadura con una supervisión que va reduciendo, es la mejor forma de construir esa confianza mutua. En el video Delegue. Habilidad que libera tiempo y construye organización (ver acá) damos ideas de cómo realizar esta actividad en forma eficaz.

Sin embargo, siempre debe mantenerse el diálogo entre el líder y sus colaboradores. Cuando dejen de presentar sus problemas y dudas, ese día habrá dejado de ser su líder. Los líderes se muestran accesibles y a disposición de su grupo. 

Cuando un líder respeta que cada colaborador establezca su propio equilibrio entre el trabajo y la vida personal, despejará el camino para que ellos lo apoyen en el esfuerzo de alcanzar los objetivos de la visión.

Fomente que sus colaboradores tengan vidas por fuera de la empresa. Haga lo mismo usted. 


Un líder nunca debe limitarse a establecer un camino a seguir, asignar unas tareas y supervisar que se ejecuten.

Es importante que saque tiempo para reflexionar sobre sus actuaciones, forma de ser, ideas y comunicación para determinar cuáles ayudan o si alguna entorpece el logro de las metas. En este sentido, es el único responsable de sus resultados, que son también los que el grupo genera.

Ayuda para este auto-control y mejoramiento que busque, acepte y aplique la retroalimentación externa de personas adecuadas. Puede ser su jefe, algún amigo que conozca sus actuaciones o un antiguo profesor.

El líder debe aceptar que alguno de sus colaboradores será mejor que él en algunos aspectos. No son sus enemigos, no buscan opacarlo. Son sus socios en el logro de objetivos comunes. Obsérvelos y aprenda lo que pueda. 

Mantenga abierto un canal de curiosidad sobre temas que afecten su trabajo y también sobre otros que no lo hagan. La curiosidad alimenta al conocimiento y este, la sabiduría. Lo acercan a entender mejor y a enfrentar mayores riesgos. 


Este blog forma parte de los contenidos de nuestra empresa de consultoría y capacitación Digignos S.A.S. 

En la página WEB digignos.com y en nuestro canal de YouTube encontrará más contenidos gratuitos que hemos elaborado para el empresario PYME.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario