martes, 31 de diciembre de 2013

Medición continua. Indicadores

"Lo que se mide, es lo que se hace". 

Alguien hizo famosa esta frase. 

El mensaje es poderoso.

Resalta la necesidad que cada tarea incluya parámetros que se puedan medir y indiquen, a la persona que la ejecuta y al supervisor, el grado de avance y cumplimiento en el tiempo.

Los indicadores deben ser escogidos en forma inteligente. 

Entre más se mida y más parámetros se controlen, puede ser mejor. Pero a veces la abundancia va en contra de la eficacia. Establezca qué es lo más importante para medir y concéntrese sólo en eso.

Cuando elija los atributos de cada tarea, a los que fija valores a medir y controlar, tenga en cuenta los siguiente:

  • El parámetro está íntimamente relacionado con la tarea. Si es una actividad de ventas, el monto vendido es un parámetro obvio. Si es la construcción de un nuevo local, dos parámetros son el consumo de dinero y el avance en el tiempo. Mida lo que vale la pena.
  • El indicador es fácil de producir. El valor sale de la contabilidad sin esfuerzo. Si desea medir el detalle diario de las ventas de los 42 productos por parte de sus 14 vendedores, y la información la debe generar un asistente que gasta 3 horas cada mañana, tal vez el indicador no es adecuado. O sus sistemas no están diseñados para producir ese dato.
  • Cumpla la periodicidad que ha establecido para hacer la medición. La frecuencia del indicador debe ser consecuente con la medición. Medir las utilidades diariamente no es práctico, pero controlar un insumo crítico todos los días, tal vez sí.
  • Tome acciones concretas con relación a la medida que evalúa. Si las cosas están en orden, agradezca al responsable de la ejecución su trabajo. Si no, actúe de inmediato para corregir.


Especial atención debe poner en medir los factores que son críticos para el éxito de la ejecución hacia el logro de los objetivos. A cada uno de estos factores críticos debe asignarle uno o más indicadores, diseñados como se señaló antes.

Lo que se mide se controla. Al controlar, está dirigiendo. Al dirigir, mejora.



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martes, 24 de diciembre de 2013

Los hábitos en la empresa

“Somos lo que repetimos. La excelencia no es acto. Es un hábito.” (Aristóteles)

El éxito no se da de la noche a la mañana. Requiere trabajo persistente. Es una disciplina que lleva a su empresa del punto A al punto B.

Los cosas hay que hacerlas en forma repetida para lograr hacerlas bien, mejorarlas en el camino y consolidarlas en procesos que se repiten en forma eficaz.

Así se crea hábito que no es más que hacer siempre las cosas de una misma forma que debe ser la mejor, la más sencilla, la más eficaz y con el mejor efecto sobre la satisfacción de su cliente. 

Los hábitos llevan a hacer las tareas casi en forma automática, y si esa forma es la correcta, la organización se beneficia.

Ciertos procesos ciertamente requieren pensar, y no deben convertirse en automáticos, para evitar accidentes o acciones equivocadas. En las plantas de producción, se evita la creación de hábitos, haciendo muy conscientes las tareas peligrosas. 

Pero en otras áreas, el buen hábito es el que crea la diferencia ante el mercado. 

Un ejemplo: la atención al cliente. Al crear hábitos positivos, la atención siempre será igual y el cliente, en todas sus interacciones, la verá como una característica de su empresa: la forma de atención es única. Será lo que el cliente espera de su empresa y forma parte de las razones por las cuales vuelve a hacer negocios con su empresa. “Aquí me atienden bien.”

La ejecución consciente de muchas actividades en la empresa requiere procesos bien pensados que se vuelvan hábito. Una vez creado el hábito, realizar la actividad requiere menos esfuerzo, control y recursos.

Algunos trucos para crear un hábito:

  • Piense en grande pero asigne cuotas / metas / tareas pequeñas.
  • Use y adecue las rutinas de trabajo actuales, en vez de pensar en crear nuevas.
  • Elimine el exceso de opciones. Elija pocas o una sola forma de hacer los trabajos.
  • Sea innovador cuando diseñe el proceso. No en su ejecución.


Los procesos empresariales no son más que la mejor forma que usted diseña para hacer una tarea. La diferencia entre procesos que sirven y los que no, está en lograr que todos los colaboradores asimilen esos procesos y ejecuten las tareas de acuerdo a lo establecido, una y otra vez.

En el video Procesos (ver acá) presentamos una metáfora sobre los procesos y enfatizamos la importancia de identificar el elemento que desencadena el arranque de una tarea.

En el video Elaboración de procesos (ver acá) sugerimos una sencilla metodología para pensar sobre los procesos, diseñarlos y documentarlos.




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martes, 17 de diciembre de 2013

Qué, Quién, Cuándo: defínalos bien para una adecuada ejecución

La mayoría, si no todos los problemas de ejecución nacen de una definición insuficiente del qué, quién y cuándo.

Muchas reuniones de trabajo son muy eficientes al discutir un tema o problema de la empresa, identificar sus causas, plantear alternativas de solución y decidir sobre la mejor forma de resolverlo. Sin embargo, esa eficiencia se diluye al no definir los aspectos relacionados con la ejecución con cuidado y rigor. 

Esta deficiencia se ve en tareas simples, como encargar café para la reunión. Pero es de especial gravedad para un emprendimiento importante, por ejemplo, abrir una nueva fábrica.

Qué

Es la definición exacta y completa de la tarea a realizar. Incluye el alcance, recursos que se asignan, características de la tarea, cómo se verá terminada, qué problema resuelve o qué oportunidad aprovecha.

Quién

Señala la persona o grupo de personas que se encargará de dar vida al QUÉ. Si es un grupo de personas, debe definirse con precisión la jerarquía y responsabilidades individuales.

En este caso, hay que definir QUÉS de menor envergadura para los QUIÉNES del grupo que se encargará de la ejecución. También cada QUIÉN tendrá su específico CUÁNDO que se debe sumar a los CUÁNDOS de los demás para el logro de la tarea.

Cuándo

Establece un término de tiempo o una fecha de terminación del QUÉ. En el CUÁNDO también debe haber implícito un DÓNDE. Así evita el “ya lo tengo listo, solo me falta enviarlo”.



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martes, 10 de diciembre de 2013

Gestión del cambio

Todo lo que haga en su organización, que afecte o modifique el estado actual de las cosas o las rutinas habituales, es un cambio organizacional.

Por eso, la ejecución está estrechamente relacionada con el cambio. Deben ir de la mano.

Cualquier cambio, por ser algo que altera las cosas y saca a las personas de su zona de comodidad, debe administrarse con cuidado y total consciencia.

Un buen esquema de cambio implica reconocer los riesgos existentes y desarrollar estrategias para mitigarlos.

En cualquier organización hay dos extremos peligrosos: no querer cambiar nada, o buscar cambiarlo todo. Ninguno es bueno. 
Siempre que emprenda un cambio, hágalo con un plan concreto y consciente. Es importante la claridad de la meta que desea alcanzar. Poder dibujar en la mente de todos los colaboradores cómo serán las cosas después del cambio es una habilidad muy útil.

El cambio, en su justa medida, es siempre necesario. Toda organización debe ajustarse a su mercado, clientes, realidades del medio ambiente y entorno. Todos estos factores dinámicos.

Los objetivos de la administración del cambio son:

  • Minimizar el impacto en la productividad y cualquier impacto en los clientes atendidos.
  • Evitar el impacto negativo sobre empleados valiosos que pueda llevar a renuncias.
  • Buscar que lo que se deba cambiar, se haga rápido.



Retos del cambio

Cambios de la estructura organizacional. Considere el efecto sobre las personas de las nuevas responsabilidades, procesos, flujos de trabajo, sistemas de negocios, roles y estructuras de reporte. Son todos aspectos que se tocan en una iniciativa de cambio.

Un buen proceso forma hábito y la organización siempre lo ejecuta bien. Al modificar los procesos, requiere un nuevo esfuerzo para crear el nuevo hábito. 

A veces, las modificaciones y cambios, requiere que las personas adquieran nuevas habilidades.

Cambio cultural. Con el tiempo las empresas construyen una forma de actuar, su cultura. Con una iniciativa de cambio, a veces es necesario modificarla. En unos casos, solo sutilmente, en otros, en forma radical. 

Los colaboradores deben ajustarse a las nuevas actitudes, creencias, y valores, que conforman la cultura. 

Cuando se requiere este tipo de cambio de gran alcance, la planeación es importante. Los riesgos son altos. Es mejor ejecutar estas iniciativas en dosis pequeñas. La suma de los pequeños cambios, de fácil implantación y seguimiento, que no presionan mucho ni a la organización ni a sus colaboradores, suman al final el gran cambio.

Un cambio afectará la motivación de las personas y el clima general de la organización. Planifique bien las comunicaciones y la información que entregará, antes de proceder con la implementación.

Resistencia al proyecto de cambio. Todo cambio saca a las personas de su zona de comodidad. En mayor o menor grado.

El cambio requiere un esfuerzo de las personas. Cuide que la actitud de todos hacia la iniciativa sea positiva. La mejor forma de minimizar cualquier resistencia es involucrar con la iniciativa de cambio, desde el principio, a la mayor cantidad de personas, con todo el detalle que pueda. En especial, a quienes se verán afectados y a los responsables de la ejecución.

Al enfrentar un cambio, las personas típicamente pasan por 5 etapas: 

  • anticipación (no saben qué esperar del cambio), 
  • realidad (confrontan la realidad de lo inevitable), 
  • depresión (se dan cuenta que no habrá marcha atrás, aceptación del cambio a nivel intelectual e inicio de aceptación emocional), 
  • aceptación (se acepta el cambio desde la perspectiva emocional), 
  • adopción (actitud positiva frente al nuevo orden de las cosas).


Recorrer, con sus colaboradores, en forma transparente estas etapas, minimiza la resistencia.

Habrá más claridad del efecto que el cambio va a tener sobre cada uno y certeza que ya ha abordado con cuidado toda situación que pueda generar descontento o conflicto.

Recursos. Es importante confirmar que los recursos, de todo tipo, necesarios para la implantación del cambio sin problemas ni retrasos, están disponibles. Cualquier carencia le resta impulso a una tarea, ya de por sí difícil.

Comunicación. Es la mejor herramienta para asegurar que la información sobre metas a alcanzar con la iniciativa de cambio llegue a todos con claridad, y que toda la empresa la entiende y comparte. Facilita que cualquier duda se escucha y resuelve.


El tema de cambio, sus riesgos, implicaciones y mejores formas de emprenderlo, lo han tratado muchos autores. La bibliografía es extensa. Un punto común es la conveniencia de emprender cualquier cambio siguiendo unos pasos lógicos.

El primero es crear un sentido de urgencia sobre la necesidad del cambio. Los demás, están orientados a minimizar los riesgos descritos.



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martes, 3 de diciembre de 2013

Los pasos de la ejecución

Una gerencia eficaz es una que ejecuta, hace, lleva a la práctica, construye, mueve. 

Todos son atributos de acción. Un gerente eficaz sabe que para alcanzar los objetivos trazados, debe ser metódico, persistente y controlar que todo lo que se establezca se haga.

Un buen esquema de ejecución, como muchas otras actividades empresariales eficaces, sigue un método. Al separar el concepto amplio de "ejecución" en una serie de pasos lógicos, la tarea resulta más fácil de poner en marcha y supervisar.

El núcleo de la buena ejecución consiste en alinear todo los recursos con precisión hacia el objetivo que se desea alcanzar. 

La alineación inicia cuando toda la organización entiende con toda claridad los elementos de la estrategia, y cómo estos son capaces de dar vida a la visión y misión. 

Cuando un empresario logra que todos los colaboradores hacen suyos todos esos elementos y los empiezan a vivir en el día a día de la empresa, la ejecución se dará casi que en forma natural.

Esto, como los demás elementos del esquema general de planeación estratégica, requiere mucha, continua y persistente comunicación, empleando todos los medios y canales que considere apropiados. 

En los vídeos Buen esquema de comunicación interna (ver acá) y Buenas reuniones en la empresa (ver acá) que están en nuestro canal en YouTube (ver acá), damos recomendaciones para mejorar la calidad de las comunicaciones al interior de la empresa.

No puede esperar colaboración para implantar una nueva estrategia si las personas no la conocen o si es vaga, poco clara o muy complicada. Entre más información de, mejor. Si no comunica formalmente, la información que los colaboradores tienen, tiende a ser incorrecta. Si no llena todos los vacíos de información, la gente los llenará con la primera información que reciba, no importa de dónde venga.

Toda implantación estratégica, involucra la necesidad de un cambio, desde leve hasta radical. Por lo tanto, la buena ejecución también depende de la adecuada administración del cambio. Cuando trata de cambiar algo, saca a las personas de su zona de comodidad lo que crea resistencia y posibles conflictos con los esquemas de poder que cada una ha construido. En la próxima entrada del blog, tratamos algo de este tema.

La ejecución exitosa requiere líderes con sentido de pertenencia con al estrategia, además de un grupo directivo totalmente comprometido y con capacidad plena de apoyo. Una razón para involucrar a cuantas personas pueda al diseño de esta. Los incentivos deben ser claros. Con esto nos referimos a que todas las personas deben sentir y ver con claridad qué obtienen de la implantación del cambio o estrategia propuesto.

Lo importante debe tener precedencia sobre lo urgente, las revisiones del adelanto de los planes trazados deben ser frecuentes, y todos los responsables deben estar en capacidad de rendir cuentas.

Los pasos a seguir para ser un exitoso ejecutor son:

  • Tomar la responsabilidad: alguien debe ser el responsable de toda ejecución. Esto no puede quedar diluido en un grupo o asumir que alguien lo hará.
  • Organizar un grupo ejecutor, asignar tareas, fechas, sistemas de control y seguimiento.
  • Determinar las personas clave que tendrán que intervenir en una ejecución y establecer contacto con ellos para lograr su compromiso.
  • Realizar eventos de arranque en cada etapa del plan de ejecución. Una reunión con todo el grupo en un ambiente informal establece un hito del programa.
  • Celebrar los logros parciales, teniendo cuidado de no hacer celebraciones exageradas. Estas pueden transmitir un mensaje equivocado: algunos pueden creer que ya se alcanzó la meta y bajar la guardia y el esfuerzo que ponen.
  • Hacer con disciplina las reuniones de seguimiento, exigiendo, revisando y actuando sobre la documentación definida.
  • Al finalizar el plan, hacer una reunión de aprendizaje para determinar errores, cosas bien hechas y aprender para futuros casos.



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