lunes, 8 de diciembre de 2014

Cuando asciende a una posición de líder

Un empresario asciende automáticamente y por derecho propio a la posición de líder cuando inicia su empresa.

Es posible que, ni automáticamente y menos por derecho propio, cuente con todo el bagaje que se requiere para ejercer con éxito esa posición.

En primer lugar, debe considerar la diferencia que existe entre un líder y un gerente. Al principio el emprendedor debe ser ambas cosas, y saber dónde está la línea que las diferencia.

Un líder, inspira; el gerente, ejecuta.  

Un líder es quien mira hacia el futuro y es capaz de dibujarlo para quienes lo siguen, establece caminos, comunica, convence, motiva, crea entusiasmo y lealtad.

El gerente es quien dice, cuando el edificio se está incendiando: ¡salgan ya de inmediato! Pone a las personas a trabajar, a ejecutar tareas en forma ordenada, dentro de unos límites de uso de recursos y tiempo.

A un líder lo siguen por razones, entre alguno de estos siguientes extremos. Uno, por que es el líder y tiene la autoridad para definir su vida, y dos, por que es una persona que convence a otros de que lo que hay para hacer es lo correcto, ha informado en detalle las razones y todos están convencidos que inspira. Será mejor líder al que sigan por razones hacia el segundo extremo.

Ascender a la posición de líder 

Con el tiempo y en la medida que la empresa va evolucionando, incrementando su complejidad y adicionando personas a cada grupo, obliga a que algunos de los colaboradores adquieran más responsabilidad y formen grupos a los que dirigen.

Es posible que una persona sea lo suficientemente buena para ser promovida a esos cargos, pero ser líder de un grupo, por pequeño que sea, presenta retos que nunca enfrentó cuando era un colaborador sin gente a cargo.

Cuando se adquiere el estatus de "jefe", no se adquiere, en forma gratuita, la autoridad, el poder, respeto o privilegios que esas posiciones normalmente tienen.

Crear las nuevas relaciones de trabajo entre el jefe y su grupo, que en ocasiones eran antiguos compañeros de trabajo en el caso de ascensos, depende de cómo lo perciban a usted y cómo usted se perciba a sí mismo. No puede olvidar que trae una historia de su posición anterior.

Lo primero que debe establecer es credibilidad. Con certeza, si usted tiene la posición de jefe es porque la merece por sus anteriores experiencias. 

Sin embargo, haber hecho bien un trabajo que lo llevó con el tiempo a merecer la posición de jefe, no necesariamente lo califica para esa posición.

Por eso debe hacer una evaluación de sus habilidades de liderazgo (ver entrada anterior acá) y rápidamente cerrar las brechas que encuentre.

Nadie lo va a escuchar sinceramente simplemente porque ahora es el jefe. Las habilidades de comunicación implican saber escuchar y compartir opiniones para construir consensos.

Sus habilidades técnicas ya no le servirán de mucho. Debe considerar cómo las va a dejar para transferirlas a otros. 

Como jefe, su responsabilidad no es hacer sino lograr que otros hagan. Debe enfrentar riesgos y hacer que su grupo también lo haga.  Las acciones ahora serán del grupo y será con ellos como obtenga resultados.

Si antes era bueno administrando su tiempo, ahora debe desarrollar la habilidad de manejar su tiempo y el de su grupo en forma simultánea, sin generar conflictos.
Ahora usted como jefe es gestor del cambio. Por esto, nunca puede tener actitudes negativas al respecto de nada, que posiblemente antes, como colaborador individual, si se podía permitir. 

Toda vez que a su nivel se decida algo, así usted no esté de acuerdo completamente, deberá acoger esa decisión como suya y comunicarla a su equipo, sin siquiera sugerir que usted no la comparte del todo. Esa decisión que debe ejecutar es ahora tan suya como cualquiera otra.

Al ejecutar su trabajo, se enfrentará a la realidad que ya, como persona y jefe, no le puede agradar a todos y deberá administrar enfrentamientos. Debe ser cuidadoso en la forma que diseña su estilo de relación con las personas.

Aunque no le caiga bien a todo el mundo, y usted también tenga sus opiniones particulares de alguna persona, esos sentimientos no pueden afectar la ejecución de una tarea.

Micro gerencia

La micro gerencia casi nunca es adecuada.

Es el primer comportamiento que debe cuidar al ascender a una posición de dirección.

Deje que las personas a su cargo ejecuten lo asignado con su estilo y métodos. 

Sin embargo, como jefe debe estar siempre atento a la forma como van evolucionando las actividades de cada uno de sus colaboradores, para involucrarse cuando sea necesario. 

Cuando un jefe micro gerencia para adicionar valor, es una buena decisión, pero su intervención debe ser breve: sólo debe intervenir hasta que el valor sea agregado y asimilado por el colaborador, de modo que en futura ocasión, sea él quien adiciona el valor.

La micro gerencia es también necesaria en situaciones de emergencia cuando se requiere salvar un negocio o evitar que la empresa caiga en una situación difícil o de peligro.

Si antes le gustaba meterse en el detalle de las actividades, ahora no se espera eso de usted. Su forma de agregar valor ya no está allí.

El detalle corresponde ahora a cada uno de sus colaboradores. Lógicamente esto no excluye que ocasionalmente pueda colaborar con su grupo para sacar adelante algo que implica que usted también vaya al detalle.

Manejo de las relaciones

Como jefe debe ayudar a planear el trabajo de cada colaborador y planear el suyo. Sin embargo, en su agenda deje abundantes espacios libres.

Si su día está muy estructurado y lleno, con una programación rígida, cierra un canal de comunicación importante con su grupo. Los encuentros casuales y las reuniones rápidas no programadas (eso si, breves) atienden dos retos clave: saber qué hacer y ganar la cooperación de todos. Tenga una agenda flexible que le permita ampliar su red de relaciones.

Las buenas comunicaciones con su grupo le permite construir una relación abierta, transparente y de confianza. Esto facilita lograr que el trabajo agregado de estas personas sea productivo y que el grupo esté adecuadamente entusiasmado con las taras a ejecutar.

Al conocer a cada persona, puede evaluar con mejor precisión cómo ayudar a que desarrolle todo su potencial, contribuyendo, a nivel personal o con recursos de la empresa, a la mejora.

Lo anterior lo debe hacer sin parecer que se está metiendo en el detalle de cómo cada uno hace las cosas (micro gerencia) y permitiendo espacio para que se desarrolle con su estilo. 

Requiere que ponga en práctica un delicado equilibrio en la forma como interviene.

En el caso de colaboradores enfrentados a tareas nuevas, invierta tiempo para acompañarlos al inicio. Esto reduce en algo la productividad pues habrá dos personas enfocadas en el mismo tema, pero es una inversión que tiene que hacer. 

En la medida que las personas vayan recibiendo más responsabilidad, al principio acompañadas y luego dejándolo solas, mejoran su actitud en el trabajo y su nivel de motivación.

El acompañamiento debe hacerse con una visión de largo plazo. No sólo para la tarea inmediata, sino con un ojo en lo que vendrá adelante. Un argumento más para ocuparse del desarrollo de cada persona.

La tendencia a la micro gerencia que viene del afán de lograr la productividad del grupo, se evita creando y manteniendo canales abiertos de comunicación para que sus colaboradores puedan acercarse a usted cuando lo consideren necesario. Esa comunicación debe incluir que lo mantengan informado del avance de las actividades.


Desarróllese como líder

Tan pronto se siente en su nueva posición, tanto literal como mentalmente, desarrolle un plan coherente de acción para iniciar su nueva responsabilidad. Algunas recomendaciones:

  • Muy pronto establezca las rutinas de trabajo e interacción que desea. 

Esto debe incluir el tipo, frecuencia y participantes en reuniones. 

Una reunión muy importante es la que celebra con cada uno de sus nuevos colaboradores. Estas reuniones uno a uno, son preferibles que sean semanales, en un horario predeterminado y fijo, con una duración máxima de 30 minutos. En el vídeo Buen esquema de comunicación interno (ver acá) encontrará información adicional en relación a las comunicaciones.

Mantenga las reuniones en un mínimo y haga que sean muy productivas. En el vídeo Buenas reuniones en la empresa ayudan a construir empresa y equipos efectivos (ver acá) encontrará más recomendaciones.

Preste especial atención a cambiar la forma de relación que tenía con antiguos compañeros de trabajo. Ahora usted es el supervisor. Las buenas relaciones deben mantenerse, pero debe quedar claro, sin imponerlo por la fuerza, quién es el que tiene la responsabilidad por los resultados agregados del grupo.

También determine el tipo de reportes que desea recibir, el formato, y frecuencia.

  • Auto-evalúese.

Haga una lista de las cualidades que reflejan lo que usted considera que debe ser un buen líder. 

Incluya habilidades, forma de interacción, competencias y estilo de comunicación –verbal y no verbal–. 

Adicione aquellas que son específicas a su nuevo trabajo. 

Contemple su habilidad para compartir información, reconocer y explotar las fortalezas propias y de los colaboradores, responder a las necesidades diferentes de cada persona, permitir apertura a que los colaboradores expresen sus ideas y apreciar las que sean diferentes, comprometerse y mantener la prometido.

Al lado de cada punto en su lista, coloque un BIEN para aquellas donde se siente fuerte y un DESARROLLAR para los que lo requieran. Escriba una breve descripción de cómo lo va a hacer y para qué fecha.

  • Establezca indicadores.

Con base en las tareas que debe adelantar para llegar a los objetivos que ha trazado la organización –y su plan estratégico– para su posición, establezca indicadores del grupo e invite a cada colaborador que desarrolle los suyos. La cantidad de indicadores debe ser la suficiente que permita un seguimiento claro y evaluar dónde hay inconvenientes, no tantos que sea imposible determinarlos y evaluarlos.


La soledad del poder

Cuando asciende a una posición de liderazgo, en especial si ha sido promovido dentro de la empresa, lo primero que perderá es la relación de camaradería con sus compañeros de trabajo.

Deberá establecer nuevas relaciones con los que ahora están a su mismo nivel, y que antes veía como jefes de otras áreas.

Estas nuevas relaciones, tanto con los antiguos como con los nuevos compañeros son diferentes, y debe entender esa realidad para buscar cómo sentirse cómodo, en forma rápida.

Estará metido de lleno en atender sus nuevas responsabilidades. En lo mismo están sus nuevos compañeros. Ninguno tendrá tiempo para mucho más que interactuar brevemente, para hacer el trabajo que la empresa requiere.

Sus antiguos compañeros, estarán ahora dedicados a cumplir con las tareas que usted ha establecido. Con el cambio de posición, ya no hablarán con usted como antes lo hacían.

El resultado es que se sentirá solo en su nueva posición. 

No importará que ahora esté más conectado con su nuevo nivel y que tenga acceso a más información. El tiempo para las conversaciones fáciles y triviales, que ayudaron a construir camaradería, ya es muy escaso.

Aunque es una sensación que no debe durar mucho tiempo, en la medida que se acomode a su nuevo cargo, lo primero que debe hacer es reconocer que es un sentimiento real que debe administrar.

Involúcrese en relaciones de trabajo con sus colaboradores y sus nuevos compañeros donde celebren sus logros positivos y le ayuden a superar los momentos de dificultad.

Aprovecha al máximo los esquemas de reuniones que existen en la empresa (los de su área y los demás) y ocúpese en colaborar con su grupo en programas de acompañamiento para desarrollar las habilidades que sean necesarias.

Con el tiempo, las cosas volverán a ser normales y de nuevo se sentirá parte normal de la empresa.


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