martes, 10 de noviembre de 2015

Un nuevo tipo de condiciones de trabajo

Entre los muchos cambios que Internet ha promovido en el mundo empresarial hay modificaciones en el estilo de trabajo, que las nuevas generaciones adoptan con más velocidad y total naturalidad. Consideran que ese nuevo estilo es lo normal.

No sucede lo mismo con las personas, típicamente los líderes, de generaciones anteriores, acostumbrados a otros ritmos y definiciones de lo que es normal. 

Para poder conservar la armonía y la eficiencia, los líderes deben hacer un esfuerzo por entender las nuevas dinámicas y ajustar lo necesario para mantener los niveles de productividad, sin afectar el ambiente de trabajo. 

En la entrada Manejo de las diferencias generacionales (ver acá) ya exploramos el tema de los distintos estilos de trabajo que cada grupo generacional tiene.


Sitio y horario

Hace unos años, los trabajadores del conocimiento, tenían claro que su productividad era esperada dentro de un estricto horario durante los días laborales de cada semana, en un sitio físico establecido. 

Ahora, con la ubicuidad de las comunicaciones, va perdiendo importancia la necesidad de enmarcar la cooperación de cada colaborador en sitios físicos únicos y dentro de horarios específicos. La barrera de espacio y momento es ahora tenue y todo indica que la tendencia seguirá.

Al no estar el trabajo confinado a un sitio específico, interfiere con la vida personal, al perderse también los rangos establecidos de horarios. Para las generaciones tradicionales esto es molesto. Para las nuevas, cada vez menos.

Estos comentarios aplican para cierta parte de la población de colaboradores. El grupo obvio es el de trabajadores del conocimiento.

En el caso de los operarios, no es posible aplicar la desconexión de lugar y tiempo. 

Un equipo debe operarse donde esté. Para obtener la máxima productividad debe aprovecharse las 24 horas (si hay la demanda suficiente). Por esto se requieren turnos con horarios precisos.

Cada operario debe ser consciente de cumplirlos para que tanto él como sus compañeros trabajen y descansen lo justo. 

Nada más contraproducente que quien debe llegar a trabajar en un determinado turno se demore. Quien ha estado trabajando hasta ese momento, no puede retirarse a descansar hasta ceder la operación a alguien. 

En las empresas productivas, hay una mezcla de trabajadores de conocimiento y de operarios. 

Cada vez parece menos conveniente tratar a todos, trabajadores del conocimiento y operarios, con las mismas normas en relación a sitio y horarios.

Dentro del grupo de trabajadores del conocimiento, algunos pueden optar por trabajar sin restricción de sitio y hora. Otros no pues la empresa debe, en su relación con el mercado y los clientes, ajustarse a restricciones de lugar y  horario para atenderlos. 


El nuevo estilo de gerencia en el futuro

Cuando la generación del milenio, las personas nacidas después de 1982,  suban a los niveles de gerencia y dirección, las condiciones de trabajo se van a ver necesariamente influenciadas por su forma preferida de actuar. 

Estas personas (en general) dan importancia al equilibrio entre trabajo y su mundo personal. Prefieren, en forma natural, el trabajo en grupo. 

Es posible que las organizaciones lideradas por ellos, exhiban menos control, definan mejor los objetivos a cada persona, reduzcan la exigencia de horarios de 8 a 5, permitan mayor flexibilidad y sean menos formales. 

Lo que importará será el resultado, la generación de valor, y el aporte individual y del grupo. 

Los nuevos estilos de gerencia serán más humanos, aunque nunca menos productivos. A esta generación le gusta ver que las cosas se hagan pero también le gusta atender sus intereses y asuntos personales. El equilibrio trabajo–vida personal será más natural, y cada uno lo definirá a su manera.

Una forma como las empresas actuales pueden empezar a moverse hacia ese nuevo estilo, es permitiendo que las personas puedan dar espacio a sus asuntos personales y desarrollar otros intereses diferentes a los laborales. Esto requiere respetar los espacios de los demás. 

No es raro que un líder sienta la necesidad de estar las 24 horas del día y los 7 días de cada semana del año en función del trabajo. Además, las comunicaciones se lo facilitan. Pero no es conveniente transmitir y menos imponer ese estilo de trabajo al grupo. 

Es normal que un líder con toda la responsabilidad de la empresa, recuerde algo que se debe hacer o tenga una idea para atender un problema o aprovechar una oportunidad a una hora no laboral, por ejemplo un sábado a las 4 de la tarde. 

El impulso inmediato, aprovechando las tecnologías móviles, es enviar un correo o incluso llamar al colaborador que considera más adecuado para atender el tema. Es una forma conveniente de actuar para no olvidarlo, pero no lo es desde el punto de vista del manejo de su grupo.

Quien reciba la comunicación en ese particular horario, probablemente percibe, casi siempre en forma equivocada, que el asunto es urgente y proceda a ocuparse del tema de alguna forma. No convendrá para las relaciones de familia del colaborador, ni para las horas de desconexión y descanso que requiere, y de ninguna manera lo hará más productivo.

Para estos casos, establezca un sistema de registro de ideas (en la entrada El “idea-ducto”. Un proceso para que todas las ideas tengan una oportunidad mencionamos esquemas para el registro de ideas. Ver acá). 

Cuando de nuevo se encuentre en horario laboral, haga las comunicaciones pertinentes. Aproveche que algunas aplicaciones de correo electrónico tienen la opción de programar la hora y fecha de envío de mensajes.

Las nuevas generaciones son más independientes. La cantidad de normas y comportamientos colectivos que establece una empresa no va con su estilo. Si la empresa no piensa en simplificarlas y ajustarlas al nuevo momento, puede alejar buenos candidatos.

Esto está creando un nuevo colectivo de colaboradores que, además de preferir trabajar desde un lugar donde se sienten cómodos, optan simplemente por trabajar independientes y ofrecer sus servicios a quien los requiera. 

Las empresas deberán entonces aprender a trabajar con este tipo de colaboradores ocasionales, que van y vienen, y que contratan sólo cuando los requieren.


Todos estos elementos tienen como objetivo invitar a los líderes actuales a considerar que las relaciones con su grupo de trabajo son dinámicas y siempre deben estar atentos a efectuar ajustes oportunos.


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